El video es el soporte que genera mayor recuerdo y vinculación emocional con el mensaje recibido (Estudio Net Radar de Zenithmedia). Su consumo en dispositivos móviles va a crecer exponencialmente en los próximos años, acompañando el desarrollo de nuevas redes de datos.
Sin embargo, muchas empresas que tienen perfectamente integrada la comunicación en soportes impresos, e incluso en soportes digitales escritos, son reacias a integrar el video como soporte habitual de traslación de sus mensajes. ¿Por qué? Hay tres razones fundamentales:
- “Timidez” o resistencia de los portavoces a expresarse ante las cámaras. “No salgo bien”… “Tengo una voz horrible”
- Sensación de desconocer los aspectos “no verbales” de la comunicación audiovisual que puedan hacer fracasar o tergiversar un mensaje corporativo
- Falta de conocimiento de los recursos idóneos para la producción y difusión de mensajes audiovisuales, que muchas veces se traduce en sensación de que “el video es caro” y en complicaciones en el proceso de toma de decisiones.
Los tres puntos anteriores tienen, afortunadamente, un tratamiento eficaz:
- Frente a la timidez o inseguridad ante las cámaras, formación de portavoces. Ensayar en entornos controlados; aprender de las grabaciones; familiarizarse con la propia imagen y voz en video; comprender la psicología del periodista o entrevistador; para finalmente dominar el diálogo o debate audiovisual con la misma naturalidad con la que se participa en foros verbales.
- Frente al desconocimiento de las claves no verbales, análisis de casos. Comprender cómo influyen los aspectos de iluminación, sonido, acción de fondo y escenografía general en la percepción del mensaje.
- Frente a la desorientación en la toma de decisiones de producción de video, formación en la terminología y procedimientos habituales. Hablar de ENGs, HDVs, streaming, “totales”, XLR, “canutazos” y demás “palabros” del mundo audiovisual hasta famiarizarse con ellos. Conocer los distintos formatos de producción audiovisual para comprender qué costes originales comporta cada uno de ellos.
Un programa de consultoría y formación en los puntos anteriores prepara a una organización para integrar la comunicación audiovisual de manera fluída en sus canales internos y externos.
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