El Museo Sorolla es una experiencia integral de pintura, cultura e historia. Es lo bueno que tienen las “casas-museo”: no sólo albergan obras de arte –magníficas, desde luego-, sino que además permiten una inmersión multisensorial –hoy se dice multimedia, perdón- en la vida de un hombre, un artista. Las habitaciones donde vivió, donde jugaron sus niños, se cocinaban sus guisos o recibía a sus invitados, los patios y jardines que fueron territorio privado de su familia, son hoy espacios abiertos –perdón, 3D- para el visitante, que recorre la casa-jardín-museo como jugando a encontrar en cada rincón, debajo de las mesas o tras las columnas de la pérgola fantasmas de una familia feliz, chiquillos espectrales jugando al escondite, y al fantasma del pintor creando maravillas.
Si, además, esa Casa-Museo permanece casi casi como fue hace un siglo, mientras a su alrededor la ciudad ha crecido y cambiado como si hubieran pasado veinte, el encanto se multiplica proporcionalmente.
El Museo Sorolla es el quinto más visitado en Madrid, posición que le honra teniendo en cuenta que en dicho ranking es el primero “individual” jugando en una liga de grandes equipos colectivos y alguno galáctico: el Prado, el Reina Sofía, el Thyssen… y el Real Madrid ocupan las 4 posiciones anteriores de la tabla. Digna, muy digna posición para un hombre solo frente a tanto colectivo de genios del pincel, el arte o el deporte contemporáneos.
La visita al Museo Sorolla es siempre evocadora, pero ahora puede serlo todavía más, gracias al nuevo servicio de visitas guiadas, clomo explica su conservadora Covadonga Pitarch: “El Museo dispone de una amplísima colección de fotografías históricas de la vida de Sorolla, y de la evolución de la propia casa. Por eso hemos pensado que realizar una visita acompañados por un guía especializado “armado” de un tablet donde nos va mostrando fotos en blanco y negro de los mismos lugares hace décadas, o de los cuadros que admiramos mientras se pintaban, podría llegar a constituír una oferta cultural y una experiencia personal irrepetible”.
Eva Pérez y José Manuel Pascual son dos de los guías a cargo de esta inmersión total en el Museo Sorolla. José Manuel es pintor, y Eva especialista en educación. Mientras nos detenemos ante un cuadro emblemático, como “El Baño del caballo”, José Manuel nos explica detalles sobre su creación ilustrándolos con fotografías que muestra en su tablet. Entonces, él deja de parecernos un simple guía y resulta más bien un “medium” que, ayudado por la tecnología, es capaz de invocar con mayor fuerza aún al fantasma bueno del artista, de su época, de su vida cotidiana.
Pintura, fotografía, historia, y vida… Cuatro puntos cardinales en la vida de Joaquín Sorolla, un pintor que quizás desarrolló su vocación cuando, húerfano desde muy niño, jugaba a colorear placas de retratos en el estudio de su protector y futuro suegro, el fotógrafo valenciano Antonio García Peris.
Multimedia, tecnología, realidad virtual, 3D… Cuatro formas de sentir hoy día el vértigo sobrenatural de sentirnos transportados a otra vida y otra época. Bienvenidos a la nave. El Museo Sorolla va a despegar.
Más información: http://museosorolla.mcu.es/, fundacionmuseosorolla@gmail.com